...al llegar hacía fresquito, incluso estaba encapotado amenazando con lluvia. Cumplimos con el protocolo de llegada, consistente en fotos, recogida de dorsales y recepción de amigos y compis de club: "Cuando perteneces a un club tiene que existir una complicidad, confraternidad y se establece un vínculo", comenta la terremoto Calonge; sabíamos lo de Gacela pero "¿quién me llama Terremoto?", se sorprende.
También coincidimos allí con el Maestro Moratinos, a quien admiro. Acaba de escribir un libro - "Ser feliza corriendo"- sobre sus principios, investigaciones y teorías en educación aplicadas al mundo del running, maratones y ultramaratones. Está en proceso de imprenta para poder presentarlo y sacarlo a la venta.
De vez en cuando los vecinos de la localidad nos pegaban un manguerazo de refresco, sólo si se les pedía para no importunar a nadie.
Objetivo conseguido: subir todas las cuestas a trote, mantener el ritmo, regulando e ir de menos a más.
Cristina propone que entremos de la mano, le dio un poco de flato, aflojamos un poco para respirar y tirón fuerte hasta la meta. 1.10 con muy buenas sensaciones. La Calonge y compis animando desde la barrera esperando a recoger obsequios. Son unas makis. Antes de recoger bolsa, lo primero era asistir a Cris que llegó mareada "seguid trotando, si no se encuentra bien, al hospital de campaña, seguid, seguid" y esperé a que se recuperara, ayudada por otras corredoras que venían detrás... y ya agüíta y a pillar camiseta, bolsa, sandia y bebida energética.
Me despido de Cristina y la felicito por tan espectacular tirón y buena carrera para reunirme con compis de club, intentar echar mano de la mochila para poder darme un chapuzón en la pisci, pero no espero y me tiro de golpe con lo puesto, duchita fresca en la pisci y a secarme para cenar con los compis en el garito del Poliesportiu.
La Capi y Juan Ernesto no llegaban porque ella había hecho podio en su categoría -
tras las previas reclamaciones para que se incluyesen más categorias en femenino a la carrera - . Faltó también inscribirnos como equipo femenino de federadas y hubiésemos pillao cacho y pagar la cena, jejej.
A la cena se unieron los Correbirras y Moratinos, así como nuestra compi Peralica Toñivi. De ser una mesa de 8 acabamos siendo 28, hasta las mil, y acabamos con las existencias: de birra, calamares, ensaladilla, queso fresco frito con salsa agridulce, sardinas, bocatas, helados, fruta y café.
"Venga adiós buenas noches", bromeaba Juanernesto. Así que nos fuimos yendo porque ya rozábamos los afterhours de los eventos deportivos,
"¡CIERRABARES!"
Como era la única pringá del grupo que trabajé ese dia, y al siguiente tb, no pude correr, pero a la cena si llegué, y pasé un buen rato con tantos amigos. Que las próximas cervezas lleguen pronto!!
ResponderEliminarEh, que nosotr@s no cerramos el bar... que el bar se cerró él solito!!!!
ResponderEliminarJa, ja, jaaa.....