domingo, 14 de marzo de 2010

Sin perder la ilusión

FELIZ POR CORRER, FELIZ POR LLEGAR, FELIZ POR ESTAR. - ¿Por qué corres? – me preguntó una niña. - Porque me gusta – contesté. _ Pero, ¿estás entrenando para algo? – insistió. - No. Solo corro porque me gusta. Soy feliz así- aclaré. Supongo que un día salí a caminar y por cansarme un poco, decidí echar a correr. .. voy trotando por sensaciones y con la única motivación de sentirme bien conmigo misma. Quizá con el tiempo, nos dejamos influir por la sociedad competitiva y nos olvidamos de la ilusión con la que nos pusimos el primer par de zapatillas… Todo el mundo quiere estar con los ganadores, los triunfadores, los mejores… sin darse cuenta quizá, que si no hubiera gente detrás, de poco servirían. Me gusta pensar en los que triunfan sólo por estar ahí, por el esfuerzo de estar presentes en una carrera. En aquel que un día cambió el sofá del salón por unos kilómetros de sudor. En aquel que enviudó y corrió tanto como pudo, para aliviar su pena. En la mujer que se dedicó unas horas de carrera. En todos los que van haciendo de los metros o del tiempo, parte de su vida … Me gustaría valorar la satisfacción de terminar una carrera, la alegría de mejorar una marca, la ilusión de coincidir con un compañero, la amistad que hicimos en el camino. Valorar el calor de un equipo, de unos amigos… de ver que somos parte de buena gente, que es feliz sólo por el hecho de correr y se hace fuerte ante la adversidad. Los que no pierden la ilusión, no ven dificultades, sino retos. Y los retos nos miden a nosotros mismos, nos indican la capacidad de superación, manteniendo la humildad y el compañerismo de nuestra primera vez. Quizá, si sabemos valorar estas cosas, aprendamos el verdadero significado del triunfo. Y entonces, seguro que tendremos muchas personas con quien compartirlo. Navarra. Karina Larraz.